4/1/11


Cuento 1

"Fue tan fácil decir que sí, era como si todo se hubiera nublado delante de mi y solo hubiera buscado por un poco de claridad en mi vida la cual sabía duraría poco tiempo. Solo quería creer que no sería más que un instante"

Los presente estaban ubicados nuevamente en sus lugares específicos. Nada parecía estar fuera de lugar. Los pequeños detalles hacían de ese lugar un lugar conocido para todos. Sin embargo, algo no encajaba con el escenario. Había algo nuevo y por ende algo que llamaba la atención. Quizás no la de todos, pero sí la mía. Creí que solo iba a ser una de las atracciones del lugar. Esas que solo miras pero no te atreves a disfrutar porque sabes que hay una larga fila.

Mi mente ya se había distraído y fundido con el humo y la alegría del lugar. Empiezo a caminar entre los varios adornos. Algunos hablan y otros confunden; otros son completamente indiferentes y otros entorpecen mi caminata. Me detengo un segundo para sacar un cigarrillo. Cuando miro donde estoy, tengo a mi alrededor a esa persona que había llamado mi atención rodeado de otras personas. No habla, solo mira. Por lo que supongo yo, uno de sus amigos me ofrece fuego. No había nadie más, por lo que acepté.

Comienzo a hablar con los anexos de la nueva atracción, pero mi mirada se distraía cada varios segundos hacia lo que no debería mirar. Como lo había supuesto al principio, eran de esas que era mejor mirar desde lejos y prometer para la próxima vez. Pero no lo puedo evitar. Capta mucho mi atención. Trato de llamar la suya, pero sé que es imposible y dejo de intentar.

(...)

Vuelvo a perderme, ahora sé que es con lo quiero encontrarme. Todo comenzaba a tornarse aburrido alrededor, menos su presencia que más que divertida, solo llamaba mi atención. Me atreví a saltarme las personas que estaban delante mío (si es que las había) y traté de hablar con él. ¿Por qué de repente soy tan sincera? ¿Por qué no soy como siempre?

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